La capital holandesa combina historia y modernidad en un mismo espacio.
Aquí la magia de sus canales, la imponencia de su arquitectura renacentista, su posición liberal hacia el sexo, sus tradicionales suecos, su delicioso queso y el ambiente cosmopolita de una urbe del siglo XXI, en la que tampoco faltan los problemas: hasta hace unos días sus calles estaban literalmente 'inundadas' de basuras por la huelga del sector sanitario.




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